Arjen Robben se convirtió en el villano del Bayern Múnich luego que desperdiciara un penal en el tiempo de prórroga y que le habría dado el título de la Champions League a su equipo.
El delantero confesó que pasó una noche horrible y no ocultó su frustración por haber fallado. “No consigo describir con palabras como me siento. Por dos o tres veces sentí que tenía la copa en las manos”, confesó al diario “Daily Mirror”.
El centrocampista reveló que el penal lo quiso patear fuerte a otro rincón. “No fue un buen disparo. Yo quería patear fuerte y arriba, pero la pelota no subió. Fue un penal horrible”, finalizó contristeza.
De esta manera, Robben se vuelve a quedar con las manos vacías tras perder las cuatro finales que disputó, Primero la final de la Champions ante el Inter en 2009, luego la final del Mundial ante España, y este año la final de la Copa alemana ante Borussia la de ayer ante el Chelsea.
Por: Zumbate
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